¡Angelitos!

 Muy buenas, familia.

Vamos con un clásico en nuestros viajes de estudios. La verdad es que los llevamos ya un poco cansados; recordamos que el primer día, lunes, anduvimos 14 km; el segundo, martes, 16 km; el tercero, miércoles, 11km; y el jueves, 9 km.

Así que es normal que, en cuanto se sientan cómodos y se sienten cómodos, se abandonan a sus pensamientos que se acaban convirtiendo en sueños. A nosotros nos reconforta pensar que, quizá, estén soñando con todo lo que han visto en el día y están tratando de fijar esas imágenes en su memoria pero, vete tú a saber cómo funcionan esas cabezas.

Lo que es seguro es que en ese rato en que está todo tranquilo, que no se oye en el autobús nada más que la conversación entre Panós, nuestro chófer e Irene, nuestra guía, mirándolos cómo duermen plácidamente, reconocéis ese pequeño rebujo de ropa y carne que os cabía en un brazo y que había venido para cambiar nuestra vida.

O no. Vete tú a saber.

Os dejamos con ellos. Seguid soñando, chicos.

Esperamos que os haya gustado.

Un fuerte abrazo, familia.

Asun y Javier.