Italia con otros ojos

Muy buenas, familia;

Que andamos muy reñidos con la técnica y, aunque el hotel Villa Fiorita donde estaremos estas dos noches es el mejor hotel que hemos tenido nunca en estos viajes y tiene un wi-fi gratuito, que no requiere ni registrarse y que va como un tiro, nuestro problema es con el tamaño:

Y cuando una cosa es mayor que la otra, es imposible. Así que no podemos cargar el ordenador, al que hemos gastado la batería en el autobús escribiendo el post de Florencia. Y si no podemos cargar el ordenador, no podemos sacar las fotos de la cámara. Y si no podemos cargar las fotos de la cámara, a ver cómo os contamos el día de hoy, que por cierto, ha estado muy bien.

Y solo podemos escribir desde el teléfono y utilizar las fotos hechas con los teléfonos; esperemos que quede bien.

Así que hemos pensado en hacer algo curioso, distinto, con las fotos del "otro viaje", del que ellos ven. Más allá de las fotos de grupo, de los monumentos oficiales, y de las perspectivas ortodoxas, está todo ese mundo que se ve a los 16 años, del selfie rápido, de la gente dormida, del palo de selfie, de la gente saltando, de los morenitos y las caderas desencajadas, del qué más da el Coliseo si el monumento soy yo, del placer de andar en pijama por el hotel, de los dedos en v y las orejas de ratón.

Os dejamos con ellos. Ya los conocéis; o quizá no tanto. Vuestros hijos.

¡A dormir!

La verdad es que vistos así, no están mal; están quietos, no te llevan la contraria, no refunfuñan... hasta que se despiertan; ahí empieza lo bueno. Que es esto.

Bueno, pues ya veis; en estas cosas se nos van los días y parte de las noches.

Esperamos que lo hayáis disfrutado. Vuestros hijos seguro que sí; sólo hay que verles.

Un abrazo muy fuerte,

Mª Ángeles y Javier