martes, 4 de marzo de 2014

Roma, día 2º

Muy buenas, familia;

Al escribir el titular de la entrada (Roma, día 2º), hemos caído en la cuenta de que realmente es el segundo día que llevamos aquí, porque hoy, hablando entre nosotros, y con los chavales, decíamos 'el otro día fuimos por aquí', 'por allí pasamos el otro día', 'esto ya lo vimos el otro día'… Parece que llevamos aquí un montón de tiempo, y en realidad han sido ¡2 días!
Pero nos hemos empapado de Roma de tal manera que algunos se manejan por ella mejor que por Salamanca. ¡Ah! lo de 'empaparse' tiene su doble sentido, ya que hoy hemos despedido el día como se merece, en la fontana di Trevi, cuando comenzaba a llover, y ahora, que ya son un poco más de las 12 de la noche, lo sigue haciendo con ganas.

Pero vamos a lo que ha sido este segundo día. El despertador suena pronto, demasiado para lo que nos apeteciera a muchos, y es que el día anterior ha ido pasando facturas en forma de dolores, contracturas, alguna que otra ampolla (luego dicen que el roce hace el cariño...), nada que no se pase con la misma medicina con la que vino.
Desayuno a las 8:15; digno, bastante. Para los más golosos bien, croissants de varios estilos, con chocolate, mermelada, azúcar; bizcocho (muy bueno), cereales. Lo que más nos cuesta es que aquí no haya llegado todavía el Colacao, incluso no nos importaría que fuera el nesquick, o el del Lidl de nombre impronunciable, pero no ese 'ciocolatto' que sale de la máquina. Pero hacemos un esfuerzo y va para dentro. Algunos echan de menos algo de fruta, y hay un digno representante del queso y del fiambre, que casualmente y sin que la dirección del hotel se entere, sirve para algún tentempié de media mañana, convenientemente escondido en alguna mochila distraída.
Nos vamos. Autobús (más sencillo ahora que sabemos del paso subterráneo) hasta Fermi y allí nos cambiamos al metro, hoy hasta Colosseo, donde vamos a saldar la cuenta pendiente con los Foros Imperiales. El día se ha presentado estupendo, soleado, y a medida que avanza la mañana, hasta caluroso. Algunos, los más blanquitos de piel están notando ahora que sus mejillas están un poco más coloradas de lo habitual, y alguno de frente más despejada también.
El paseo es espléndido, entre arcos, templos, domus y empedrados, aprovechando las inmejorables vistas que ofrece la colina del Palatino sobre la ciudad, y nos despedimos de pasado glorioso de la Roma dominadora del mundo conocido con un último vistazo del Coliseo, que nos reconforta de haber tardado un buen poco en encontrar la salida.












Y desde aquí, con las piernas ya cansadas, nos vamos hacia una de las citas que muchos esperábamos con ganas: la iglesia de San Pietro in Vincoli (San Pedro de las Cadenas literalmente) donde están conservadas las cadenas con que prendieron a San Pedro por no querer renunciar a su fe; pero sobre todo por una de las obras cumbre de Miguel Ángel: el Moisés, que forma parte de todo un conjunto, pero que tiene categoría universal por sí solo.
Y llega la primera decepción seria de este viaje; la iglesia tiene un horario de apertura digamos, poco convencional: de 8:00 a 12:30 y de 15:00 a 18:00. Nuestro reloj marca las 13:00 y no hay nada que hacer. Es muy pronto para sentarse a esperar, y por la tarde las previsiones nos tendrán demasiado lejos como para volver hasta aquí. Tratamos de darle la vuelta al calcetín "ya tenéis un motivo para volver a Roma" les decimos, pero no cuela. Sus caras reflejan el palo recibido, pero lo aceptan. Tienen una cita.

Tratamos de reponer la moral con otro as que sacamos de la baraja: el Panteón. Un templo sublime, famoso por su cúpula, en el que se inspiran arquitectos como Miguel Ángel para construir la cúpula de San Pedro, y que solventa en el siglo I a.C. el problema de soportar un peso así sin ayuda de soportes auxiliares.  En su interior, nos sorprendemos con el ojo que remata la cúpula, y con la tumba del rey Vittorio Emanuelle II, artífice de la unificación de Italia. Paradojas de la vida: una república ofreciendo homenaje a un rey.
Objetivo conseguido, sus caras vuelven a mostrar la sonrisa que no habían perdido hasta ahora.






La parada en la plaza Navona, antiguo estadio de Domiciano, lo que explica su forma alargada, y la monumental fuente de los 4 ríos con su puntito de mala leche en las disputas entre artistas, marca el momento de repartirse por las muchas trattorias que hay en las calles aledañas, donde es muy fácil comer muy bien por un precio bastante asequible. Además muchas de ellas añaden a sus platos desde hace unos años, un ingrediente especial que hace que la comida tenga un sabor diferente: ¡Wi-fi!




La tarde nos ofrece un paseo hasta la plaza del Popolo, puerta norte de la ciudad romana, con sus simetrías asombrosas, para ir descendiendo por la vía del Babuino con sus tiendas de lujo hasta la plaza de Spagna, con ese sabor tan característico que le aporta la escalinata hacia la iglesia de Trinitá dei Monti, siempre abarrotada de gente y con un barullo continuo que nos hace sentir como en casa.
Tras comprobar sus 135 escalones de subida, y casualmente los mismos de bajada, pasamos ante la Colonna de la Inmaculada para llegar hasta la plaza Barberini, donde Bernini diseñó la fontana del Tritón. Y terminamos de cruzar la ciudad de Norte a Sur llegando a la plaza de la Reppublica, donde observamos la perfección de la Exedra, edificación moderna que no eclipsa el Grand Hotel donde se alojó Alfonso XIII en su exilio en Roma, ni la iglesia paleocristiana de los Santos Mártires que se encuentra enfrente.








Antes de regresar a la fontana di Trevi, para cumplir con la visita obligada, tomamos un 'atajo invertido' para poder ver el monumento a la unificación de Italia y la columna de Trajano iluminadas, que tienen un atractivo especial. Buscamos algo rápido para cenar, y empezar nuestro regreso al hotel, no sin antes parar en uno de los establecimientos de moda para esas compras que nunca vienen mal, pensando en nosotros mismos o en aquellos que nos quieren, y a los que queremos, por supuesto.








El metro llega rápido, pero el autobús se nos hace desear, y hace que al final, lleguemos prácticamente a la misma hora de ayer al hotel.


Y mañana, a las 7:30, salimos hacia el Vaticano; será otro día intenso.

Un abrazo, y hasta mañana.
Ana y Javier

8 comentarios:

  1. Da gusto el relato que hacéis. Esperamos ansiosos las noticias del día y las fotos, para ver a nuestros hijos ....pero lo del relato diario...Por si mismo es un nuevo aliciente. ¡Ay el relato! Es un plus añadido que hace grande, muy grande, la peripecia del viaje. Buen día en el Vaticano. abrazos a tod@s

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  2. Vuelvo a daros las gracias. Seguro que por mucho que nos cuenten nuestros hijos al llegar nunca será tan detallado y documentado como lo que se refleja en este blog. Creo que es la guinda a un viaje ya de por sí estupendo. Seguid disfrutando. Buen día para todos.

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  3. Realmente es una pena que no hayáis podido ver el Moisés de Miguel Ángel, porque es una escultura con una fuerza... Espero que hoy hayáis disfrutado con la Piedad. Las fotos son preciosas con ese sol, no como aquí, lloviendo y con un vendaval de mil demonios.¿Qué tal van esos pies??

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  4. Muchas gracias Javier da gusto leer el relato diario,lo estamos esperando con ansiedad.

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  5. Leer todo tan detallado me hace sentir que estoy también viajando (un poquito) con vosotros.
    Me encanta ver a nuestros hijos alegres y disfrutando de las maravillas que están viendo.
    Por lo visto, alguno ya hizo "sus encargos" jaja
    Gracias Ana y Javier.
    Seguid disfrutando
    Un abrazo para todos

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  6. Vaya trabajo añadido, os lo estáis currando! y nos está gustando tanto que el desayuno cada mañana lo tomamos con vosotros, leyendo vuestras aventuras y viendo esas preciosas fotos.
    Qué recuerdos! me encanta ver como están disfrutando de esta experiencia inolvidable, tanto como otros lo hicimos hace ya algunos años.

    Un besazo a todos y a seguir dando envidia!
    PD: Javier, estás ahi? No te vemos en ninguna foto!

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  7. Fantástico relato. Digno del mejor libro de viajes. Los lectores queremos más.

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  8. Muy bonito todo lo que estaís publicando.

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