Sacamos las entradas y primero entramos en la catedral. Os mostramos fotos del interior, sin duda lo que más nos llama la atención es la escultura de San Bartolomé.
Sentados en un lugar inolvidable decidimos qué hacer a continuación. Dos opciones ir al castillo Sforzesco a ver la Piedad inacabada y de tiendas o coger de nuevo el metro e ir al Monumentale, cementerio patrimonio de la humanidad que nos deja boquiabiertos. No nos ponemos de acuerdo así que surgen dos grupos.
La Piedad nos deja un poco decepcionados y es que hace solo cinco días nos conmovimos con la Piedad del Vaticano. La pena de los que vamos al Monumentale es no tener un día entero para poder recorrerlo en condiciones.
Y ya va llegando el momento de decir adiós a Milán, aprovechamos para unas últimas fotos y cogemos el metro que nos lleva a un restaurante enfrente del hotel.
Esto va llegando a su fin. Han sido unos días inolvidables que permanecerán para siempre en nuestra memoria, la risas, los llantos, las anécdotas,... y ha sido todo un lujo poder compartirlo con vosotros.
Un baccione.
Miguel Ángel y M. Ángeles
El lujo ha sido nuestro. Gracias por el reportaje y sobre todo gracias por el viaje porque han venido encantados.
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